Ojos irritados: causas y tratamientos

Existen diferentes factores en el día a día que pueden causar irritación ocular, como una visualización continuada delante de las pantallas del ordenador encendida o los agentes que se encuentran en el aire (humo, polvo, polen…). La irritación se origina por diferentes razones, dependiendo de la naturaleza y la intensidad del dolor. En la mayoría de los casos, los ojos irritados se pueden tratar fácilmente, pero es importante investigar qué lo ha originado para encontrar el tratamiento adecuado para cada caso.

Cada persona puede manifestar diferentes síntomas. Por ello, es importante conocer cuáles pueden producirse. Para la mayoría de la gente, tener los ojos irritados es un problema menor, aunque algunas personas pueden sufrir ciertas complicaciones. Puedes notar algunos signos como un leve enrojecimiento y molestias. También es normal experimentar lagrimeo que se origina porque el ojo produce más lágrimas para intentar aliviar la irritación[1]. Los síntomas suelen afectar a ambos ojos.

Causas

Concentración continuada

Pasar un día largo en el trabajo puede impactar de forma negativa en tus ojos. Una de las pricipales causas de la irritación ocular es la exposición continuada a las pantallas del ordenador, o a un libro, y realizada a poca distancia de separación.

Factores ambientales

Algunos factores externos como el aire acondicionado de la oficina y la calefacción central del coche pueden secar los ojos y empeorar el problema.

Los gases del tubo de escape del coche, el humo y el polvo –especialmente en las ciudades grandes– pueden irritar los ojos sensibles. Es importante tener en cuenta estos factores porque a medida que envejecemos, nuestros ojos son más sensibles a estos agentes irritantes. Esto se produce porque los ojos generan una cantidad menor de lágrimas cuando nos hacemos mayores y los párpados distribuyen las lágrimas de forma menos efectiva por la superficie del ojo. Por lo tanto, es más común que se padezca sequedad ocular[2].

Ojos secos

Los ojos están activos durante muchas horas al día y, como resultado, es posible que sufran de sequedad. Algunas de las causas más comunes que consiguen que los ojos se sequen son: 

• Usar lentillas.
• El viento y los climas cálidos.
• Cambios hormonales en las mujeres (por ejemplo: durante la menopausia, el embarazo o mientras se toma la píldora anticonceptiva). [3]
• Efectos secundarios de algunos medicamentos, como los antihistamínicos y los antidepresivos[4].
• Enfermedades que pueden afectar a la generación de lágrimas, como es el caso de la artritis reumatoide[5].