Qué son las legañas
Está universalmente aceptado que el sueño es una parte necesaria de nuestra rutina y es vital para nuestro funcionamiento. En este artículo te explicaremos qué ocurre mientras dormimos y los efectos que la falta de sueño puede tener en nuestro cuerpo y ojos. También analizaremos cómo surgen las legañas, así como consejos para cuidar tus ojos antes de dormir y por la mañana.
¿Por qué necesitamos dormir?
Muchas personas consideran que dormir es una fase donde el cuerpo se relaja y descansa por algunas horas, pero esto no es cierto. La verdad es que dormir juega un rol muy importante en nuestro funcionamiento del día a día.
Mientras dormimos, el cuerpo lleva a cabo una gran cantidad de procesos y desempeña un papel esencial en la consolidación de los recuerdos. También ayuda en muchos procesos corporales como: el crecimiento muscular, la reparación de los tejidos, la sustitución de productos químicos y la síntesis de las hormonas necesarias para el crecimiento.
Dormir es vital para la función cognitiva de nuestro cuerpo. Ha sido probado que la falta continuada de sueño tiene un impacto negativo en las partes del cerebro responsables del lenguaje, la memoria y la planificación.
¿Qué sucede mientras dormimos?
Durante el curso del día nuestro cerebro recoge masivas cantidades de información, tanto que no puede ser inmediatamente captada y registrada. Al contrario, lo primero que necesita esta información es ser almacenada y procesada. Esta acción se lleva a cabo mientras dormimos, las piezas de información son trasladadas de nuestra memoria de corto plazo a la de largo plazo, en un proceso conocido como “consolidación”. Dormir también ayuda al sistema inmunológico a luchar contra infecciones. La falta de sueño puede dejar a tu cuerpo más vulnerable a virus que causan gripe y resfriados.
Distintas actividades ocurren durante diferentes fases del sueño. La mayoría de la gente experimenta la fase REM del sueño durante tres o cinco veces durante la noche. Cada fase REM tiene una duración de 30 minutos. Durante esta fase, los ojos se mueven de un lado a otro, el tono muscular se reduce y los sueños pueden ser particularmente intensos.
El sueño No-REM es un período de sueño más productivo. Las ondas cerebrales, la respiración y el ritmo cardíaco actúan más lentamente. Durante esta fase se produce la liberación de la hormona del crecimiento y el proceso de consolidación mencionado anteriormente. También ocurre la termorregulación, el cuerpo es capaz de optimizar su temperatura incluso cuando la temperatura de su alrededor es diferente.
¿Cuánto necesitamos dormir?
La cantidad de horas de sueño depende de la edad. Naturalmente, los niños que están en constante aprendizaje a lo largo de las etapas de su desarrollo, necesitan dormir más horas que los adultos. Se considera que la gente adulta precisa dormir entre 7 y 9 horas por noche, mientras que los recién nacidos y los niños pequeños pueden dormir hasta 16 horas. Cuando los niños alcanzan la edad de la educación primaria, necesitan una media de 10 horas de sueño, mientras que las personas mayores de 70 años sólo requieren de 6 horas por noche[1].
A pesar de estos datos, no existe una cantidad de horas de sueño fijadas dentro de una edad determinada. Éstas varían dependiendo de cada persona. Tú simplemente necesitas dormir lo suficiente para refrescarte y ser capaz de funcionar al día siguiente.
¿Qué es el insomnio?
El insomnio es el término asignado a la dificultad para dormir, ya sean problemas para conciliar el sueño, permanecer dormido o no tener un sueño reparador. Una persona que sufra de insomnio tendrá este problema, al menos, tres veces a la semana y puede alargarse durante un mes. Este trastorno puede afectar a tu labor en el trabajo, acarrear niveles bajos de energía e incluso conducir a la depresión. Sin embargo, en lugar de sentirse somnoliento durante el día, las personas que lo sufren se mantienen despiertos, sintiéndose fatigados.
El insomnio suele estar más presente entre la gente mayor, quienes tienen, generalmente, un sueño más ligero. Las mujeres también sufren más de insomnio que los hombres. Se considera que esto se debe a algunos factores como la maternidad y el cuidado de los niños, las hormonas, los períodos y la menopausia.
La ansiedad y el estrés son causas frecuentes del insomnio. Otras afecciones como la depresión, el asma y la esquizofrenia también pueden contribuir al insomnio, así como algunos medicamentos y el uso indebido de drogas y alcohol.
¿Cómo afecta el insomnio o la falta de sueño a nuestro cuerpo y ojos?
El desgaste físico que el insomnio puede tener en el cuerpo es bastante amplio:
- La falta de sueño puede estar ligada al hambre y al apetito, lo que puede resultar en un aumento de peso.
- El libido bajo y una disminución del interés sexual en los hombres y mujeres, pueden ser una consecuencia del insomnio, como resultado de la poca energía y la somnolencia.
Nuestros ojos requieren de al menos cinco horas de sueño cada noche para reponerse con los nutrientes esenciales, con el fin de trabajar a todo su potencial. La falta de sueño y el insomnio pueden acarrear numerosos efectos secundarios:
- Uno de ellos es la mioquimia o espasmos involuntarios del párpado. Aunque no es doloroso o perjudicial para la visión, estos espasmos pueden ser bastante molestos.
- La tensión ocular y la sequedad del ojo también pueden ocurrir como resultado de la falta de sueño y desencadenar en síntomas como la sensibilidad a la luz, irritabilidad, rojez y visión borrosa[2].
- La falta de sueño puede producir otros síntomas de fatiga del ojo, como la dificultad para enfocar y la visión doble.
- También se sabe que la falta de sueño puede causar una falta de vitalidad de la piel, líneas finas y ojeras. Éstas se originan por una excesiva cantidad de cortisol, la hormona del estrés que el cuerpo libera cuando nota falta de sueño. El cortisol es conocido por romper el colágeno de la piel, que es la proteína que mantiene la piel suave y vitalizada.
¿Qué son las legañas?
La legaña es el término dado a la secreción del ojo que se acumula en la esquina de éste mientras duermes. Consiste en una combinación de mucosidad, aceite y células de la piel.
Tus ojos producen mucosidad a lo largo del día y la noche, pero, durante el día, una película de lágrimas lava con eficacia los ojos al parpadear, acabando con las legañas antes de que tengan la oportunidad de acumularse. Sin embargo, mientras duermes, no parpadeamos y esto hace que la secreción del ojo se acumule en sus bordes.
El ojo puede producir mucosidad en respuesta a los alérgenos del aire. En consecuencia, si hay alérgenos a tu alrededor, tendrás más legañas. Es normal que cuando nos despertemos encontremos algo de secreción en nuestros ojos. Sin embargo, si esta cantidad es excesiva y tienes otros efectos como sensibilidad a la luz o visión borrosa, esto puede ser un indicador de que tienes una infección. En estos casos debes considerar buscar el consejo de expertos.
Cuidados antes de dormir y por la mañana
Antes de ir a dormir es importante que evites cosas que puedan tener un impacto en tu reloj natural biológico o un efecto negativo en tus ojos. El uso de aparatos electrónicos que emiten luz artificial, como el portátil o los teléfonos móviles, es algo que conviene evitar ya que está luz puede afectar a tus ojos y al reloj biológico.
También se recomienda quitar el maquillaje y las lentillas. Estas lentes de contacto pueden bloquear la corriente de oxígeno que llega a los ojos y absorber fluidos de su superficie. Si las usas mientras duermes, aumentas el riesgo de sufrir de sequedad de ojos y sus efectos asociados.
No limpiar el maquillaje de ojos, como la máscara o el delineador, durante períodos prologados de tiempo puede aumentar el riesgo de contaminación. Además, al dormir con maquillaje puedes obstruir los poros de alrededor de los ojos, formándose orzuelos.
Cuando nos despertamos, el primer impulso para eliminar las legañas es quitarlas con las manos, sin embargo esta no es la mejor forma, ya que corremos el riesgo de propagar los gérmenes. Es mejor humedecer un paño limpio en agua caliente y ponerlo sobre los ojos, antes de eliminar la secreción. Es un método más eficaz e higiénico para tratar las legañas.
Del mismo modo, aplicar una compresa caliente sobre los ojos ayuda a aliviar los síntomas asociados con la sequedad y la tensión ocular provocadas por la privación del sueño. Entre los síntomas se incluyen: irritabilidad, dolor y acumulación de secreciones. También, la limpieza regular de los ojos es una buena práctica para mantener la higiene ocular.
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