La estructura del ojo
El ojo es un instrumento muy delicado y una parte esencial del cuerpo cuya principal función es proveernos de visión. Por otra parte, también es considerado la ventana hacia el alma, aunque esto todavía no ha sido probado científicamente. No te pierdas este artículo en el que analizamos la estructura completa del ojo y la capa más afectada cuando tenemos los ojos secos, en este caso la capa lipídica.
El ojo
Aunque como puedes ver el ojo está compuesto por partes muy diferentes, en primer lugar vamos a centrarnos en las más superiores. Por ejemplo, el blanco de nuestros ojos es conocido como la esclerótica, una membrana gruesa que constituye la capa más externa del globo ocular. Luego, la luz entra en el ojo a través de la córnea, una capa clara y curvada que cubre el iris y la pupila y que además protege el ojo.
Una vez que pasa por la córnea, la luz va hacia la pupila (el punto negro situado en medio del ojo) y la cantidad de luz es controlada por el iris, el área del ojo que rodea la pupila. Cuando esto ocurre, la pupila se ensancha y se contrae dependiendo de la cantidad de luz que entre. Asimismo, el tamaño de la pupila es controlado por el músculo dilatador y el músculo esfínter presentes en la misma.
Y detrás del iris nos encontramos la lente, que al cambiar de tamaño enfoca la luz hacia la retina. Gracias a la función de sus músculos pequeños, conocidos como músculos ciliares, la lente se hace más grande para fijarse en los objetos más cercanos, y más delgada para hacer lo mismo con los más alejados.
La película lagrimal
A un nivel microscópico el ojo también es una parte del cuerpo tremendamente complicada. En la superficie de nuestros ojos hay una capa conocida como película lagrimal que a su vez contiene tres capas muy finas. La capa superior es conocida como capa lipídica, destaca principalmente por estar hecha de lípidos o aceites, y sirve para prevenir la evaporación de la capa acuosa de detrás. Precisamente esta capa de agua es la que hace que nuestros ojos estén frescos, hidratados y protegidos.
Por último, no podemos olvidarnos de la capa mucosa del ojo, situada debajo de la capa acuosa y encargada de cubrir el ojo y de distribuir equitativamente la humedad de las lágrimas. Y esto es lo que permite que las lágrimas se adhieran al epitelio corneal.